Luciana Peker, Sexteame. Amor y sexo en la era de las mujeres deseantes.
Luciana Peker
Sexteame
Amor y sexo en la era de las mujeres deseantes
Paidós
Hablar
de amor es político. Y cuando se habla de amor también se habla de
política. El feminismo es hoy la gran y única revolución, gracias a su
autonomía intelectual y cultural. No se trata de esconder el amor, sino
de dejar de usarlo en contra de las mujeres. Cambiar la política es
cambiar la idea conservadora y nociva del amor. El machismo juzga a las
mujeres por amor. Las somete a la violencia por amor. Les quita tiempo y
dinero en nombre del amor.
El sistema amoroso y sexual no tolera la
potencia del deseo por fuera del monopolio hegemónico masculino. Por
eso, la clavada del visto, el sexo carilina (apenas un escalofrío que se
limpia tras un estornudo), el desprecio y el desgano son formas de
humillación (si bien no equivalentes a la violencia) que generan un
dolor y una culpabilización nueva. Se trata de cambiar el amor, no de
negarlo. Ni de que nos lo nieguen.
La revolución feminista enfrenta
la violencia, el abuso y la discriminación. La reacción machista amenaza
a las mujeres que no quieren pagar el precio que se les pide por el
amor y las condena a quedarse sin amor como precio. Y a lxs que frenaron
las imposiciones sobre su deseo y que, si no aceptan ser deseadxs a la
fuerza, tampoco pueden disfrutar de la fuerza de ser deseantes.
¿Por qué se trata peor a las víctimas de violación que a los violadores?
¿Por qué se juzga a aquellas mujeres que logran trabajar, amar y seducir después de ser violadas?
¿Por qué se destrata a las que buscan un encuentro, mandan mensaje o invitan a salir?
La
venganza sobre las mujeres y disidencias sexuales por cuestionar el
pijocentrismo en el que giró, hasta ahora, el deseo es hacerlxs sentir
abusables o incogibles.
La irrupción del aislamiento social por
Covid-19 impuso un corralito sexual. La cuarentena deja efectos que van
más allá de la pandemia y desnuda la precarización sentimental del
machismo asustado. El desafío que nos deja el distanciamiento emocional
es recobrar la valentía del encuentro, sentir la piel antes del descarte
y hacer de las nudes y los textos un sexo nuevo.
Sexteame es un libro que no espera, avanza, pide, escribe y se manda.
El
hogar como opresión es un modelo que atrasa y frente al que no hay
vuelta atrás, pero las familias cooperativas, los hogares diversos y la
nueva apuesta al amor son formas de subversión al disciplinamiento de la
soledad como forma de dispersión.
La apuesta a una amorosidad
cuidada, un erotismo hereje, una afectividad sin crueldad son paradigmas
que no aceptan ir para atrás y que motorizan algo más que un bienestar
individual: la pasión como potencia política de una revuelta que tiene
el deseo como motor político y personal.
El desafío es no volver,
nunca más, a una cajita feliz para encerrar a las mujeres en el hogar,
es hacer raíz en una forma de amor de sexo, texto y amor.
Sexteame es un libro que apuesta al deseo latente.
Luciana Peker
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